Un Héroe Poco Común
Nuestro perfil de uno de los héroes quien protege y promueve nombres comunes de alimentos.
El Congreso defiende a los productores de alimentos estadounidenses
Europa no tiene ninguna justificación para bloquear las exportaciones etiquetadas con términos comunes, como los vinos de California etiquetados con chateau, los quesos parmesanos elaborados en Wisconsin o la mortadela Made-In-America. Sin embargo, la UE prohíbe las exportaciones estadounidenses de alimentos y vino a su propio mercado y también está buscando activamente bloquear las exportaciones estadounidenses a nuestros socios comerciales.
El mes pasado, más de 110 miembros del Congreso dijeron: Ya es suficiente.
Los congresistas Jim Costa (D-CA) y Jodey Arrington (R-TX) son dos de los varios campeones de las exportaciones de alimentos y granjas que firmaron una carta al Representante de Comercio de EE. UU. (USTR) y al Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA). Esta carta establece que es «fundamental que el USTR y el USDA promuevan una política comercial coherente que dé prioridad a la obtención de garantías específicas de acceso al mercado para productos que utilizan términos alimentarios comunes, términos tradicionales o los nombres de variedades legítimas de plantas y uvas en todas las discusiones relacionadas con el comercio.”
Los representantes Angie Craig (D-MN), Dusty Johnson (R-SD), Ron Kind (D-WI), Mike Gallagher (R-WI), Jimmy Panetta (D-CA) y Mike Kelly (R-PA) también acompañaron esta moción.
«Los agricultores y productores de alimentos estadounidenses están sufriendo como nunca antes y debemos tomar medidas para proteger el acceso a los mercados clave», dijo Costa en su comunicado de prensa anunciando la carta. «Al exigir protecciones para los términos comunes de alimentos y vinos en cualquier negociación comercial, puede garantizar que sigan teniendo un acceso fiable y justo a los mercados extranjeros, que son fundamentales para su salud económica”.
«Para tener una economía agrícola vibrante y promover el libre comercio, no se debe negar a los productores estadounidenses el acceso a los mercados mediante reglas comerciales injustas y arbitrarias como el mal uso de los indicadores geográficos por parte de la Unión Europea», explicó Arrington. “Cuando los agricultores y ganaderos de EE. UU. compiten en igualdad de condiciones, los consumidores de todo el mundo ganan al tener acceso a los alimentos y fibras más accesibles y de la más alta calidad del mundo. El USMCA servirá como modelo para futuros acuerdos de comercio libre abriendo nuevos mercados para los productores, fabricantes y trabajadores estadounidenses”.
Joey Fernández, un productor lácteo de tercera generación del Valle Central de California subrayó la importancia de lo que está en juego.
«Mi granja está comprometida a producir leche de alta calidad que luego se procesa en increíbles productos de queso hechos en Estados Unidos. No se puede permitir que Europa prohíba los términos comunes de queso simplemente porque no quieren competir con nuestros productos», dijo Fernández.
Este es un importante paso en la misión de nivelar el campo de juego para las exportaciones estadounidenses y esperamos que el USTR y el USDA actúen sobre esta carta y utilicen los acuerdos comerciales de los EE. UU. para generar protecciones más sólidas para los términos comunes de alimentos y vinos.
Defensores de los nombres comunes en Capitol Hill
Más de 60 senadores enviaron recientemente una carta en la que se urgía al gobierno de Estados Unidos a que reforzara las salvaguardas de los nombres comunes de alimentos, convirtiéndolas en un objetivo no negociable de todos los acuerdos de comercio en adelante. Esta carta marcó un cambio importante en la conversación nacional y en las consideraciones políticas que rodean el tema de los nombres comunes de alimentos.
Aunque todos y cada uno de los senadores que firmaron la carta son paladines de los nombres comunes, la sección Un héroe poco común del CCFN de este trimestre está dedicada a los dos senadores a la cabeza de la iniciativa: El senador John Thune (R-SD) y la senadora Debbie Stabenow (D-MI).
El senador Thune es miembro del comité de Agricultura y del comité de Finanzas del Senado y también sirve en el grupo de líderes republicanos con la función de presidente del Senado. La senadora Stabenow es la vicesecretaria del comité de Agricultura del Senado.
Los dos cuentan con extensa experiencia como defensores del sector agropecuario estadounidense y los fabricantes de productos que se transforman en quesos, carnes y vinos.
Con su participación protagónica en esta carta, los senadores Thune y Stabenow adoptaron una postura decisiva contra las prácticas depredadoras de la UE y declararon con firmeza que se había llegado al límite. El gobierno de Estados Unidos debe redoblar sus esfuerzos por derrumbar estas barreras al comercio y promover normas justas e íntegras para los nombres comunes de alimentos en todos los acuerdos de comercio de ahora en adelante.
Mientras el senador Thune y la senadora Stabenow ayudaron a impulsar esta iniciativa, otros signatarios de la carta ocupaban puestos de liderazgo en comités con jurisdicción sobre este tema, en particular el presidente y vicesecretario del comité de Finanzas del Senado y el presidente del comité de Agricultura del Senado. Asimismo, la carta cuenta entre sus signatarios con el presidente del subcomité de Propiedad intelectual del comité de Judicatura del Senado.
No ha sido tarea fácil y debemos felicitar al senador Thune y a la senadora Stabenow por haber conseguido un apoyo tan amplio entre senadores de diversas ideologías políticas. No solo eso, sino que el haber conseguido la colaboración de varios signatarios con influencia directa sobre el tema a través de sus respectivos comités demuestra el importante papel que juegan los nombres comunes de alimentos en la expansión de las oportunidades de exportación y el apoyo a la economía estadounidense.
La declaración del Consejo de Exportación de Lácteos de EE. UU (USDEC por sus siglas en inglés), una organización miembro del CCFN, lo expresa claramente: «El abrumador apoyo bipartidista hacia esta meta que ha demostrado el Senado de los Estados Unidos subraya la importancia de romper estas barreras relacionadas con las IG y de conseguir mayores salvaguardas a la exportación de quesos y otros productos estadounidenses con nombres comunes».
Gracias, senadores Thune y Stabenow por ponerse a la cabeza del cambio en esta nueva frontera de la lucha por los nombres comunes de alimentos.
La oficina de propiedad intelectual de Australia
Este trimestre, la sección del boletín habitual del CCFN que destaca el perfil de un héroepoco común aborda el tema de una manera también poco común al destacar la labor de IP Australia, un organismo gubernamental que se encarga de la administración de los temas que atañen a la propiedad intelectual en Australia.
Al contrario de lo que ha ocurrido con las oficinas gubernamentales a cargo de la propiedad intelectual en otros países del mundo, Australia rechazó las presiones ilícitas de la Unión Europea (UE). Al cabo de años de esfuerzo dedicado, el CCFN aseguró dos victorias importantes en Australia para los fabricantes de queso asiago y gorgonzola, al fallar el registro de marcas registradas australiano en contra de los intentos italianos de obtener una marca registrada para estos nombres comunes.
Esta insigne historia comenzó cuando los dos Consorzios italianos presentaron sus solicitudes de certificación de marca registrada para gorgonzola y asiago en 2015 y en 2016, con la pretensión de que se registraran ambos nombres comunes. Como era de esperar, el CCFN presentó oposiciones a las dos solicitudes a través de una de sus organizaciones miembro, el Consejo de Exportación de Lácteos de EE. UU., USDEC por sus siglas en inglés. Simultáneamente, Australia emprendía negociaciones para un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, lo que hacía que este tema cobrara una nueva urgencia, dada la insistencia de la UE de aprovechar sus acuerdos comerciales para limitar aún más el uso leal de los nombres comunes.
A pesar de estas posibles complicaciones, IP Australia dio un ejemplo estelar de planteamiento escrupuloso hacia la gestión de unas solicitudes de registro de IG que amenazaban con restringir el uso de nombres comunes. Los consejeros auditores australianos evaluaron y analizaron todas las pruebas presentadas y fallaron en contra de los Consorzios. Entre las pruebas notables que el CCFN presentó a IP Australia, estaba la evidencia de que el término gorgonzola ya se venía utilizando en Australia desde 1882 como mínimo para describir este tipo de queso, no necesariamente elaborado en Italia, lo que precedía con mucho la fecha de las pruebas que presentó el Consorzio que mostraban la importación de gorgonzola con denominación de origen protegida (D.O.P.) desde el año 1999.
El consejero auditor rechazó el argumento del Consorzio de que solo podía considerarse gorgonzola el queso certificado por el Consorzio y que otros fabricantes producen quesos falsos o de imitación, diciendo que era «una propuesta extraordinaria que pretende empezar la casa por el tejado». Además agregó:
«A la fecha de esta decisión, no existe ninguna ley en Australia que prohíba el uso de la marca registrada para describir un tipo de queso y existe evidencia de más de 120 años de uso de la misma con ese fin precisamente, gran parte del cual precede la existencia del solicitante y el estatus de la marca registrada como D.O.P. en Europa».
Resulta increíble que, como puede verse en el expediente del caso del asiago, la misma declaración del Consorzio en defensa de la marca registrada del término asiago reconoce que el queso asiago se elabora en lugares fuera de Italia, haciendo referencia a una página de Wikipedia que indica que «la mayor parte del asiago, no obstante, se elabora en otros lugares con técnicas y cultivos que producen un queso de sabor idéntico o similar». El consejero auditor concluyó diciendo que el término «asiago» no era distintivo en Australia debido principalmente a que los fabricantes norteamericanos lo emplean de forma descriptiva. Por estos motivos, se rechazaron las solicitudes de los Consorzios de registrar gorgonzola y asiago como marcas registradas certificadas.
El CCFN aplaude el estudiado enfoque de IP Australia hacia estos asuntos y espera que estas consideraciones de sentido común y principios de comercio leal prevalezcan en las conversaciones entre Australia y la UE. Esto sería un avance muy positivo y el CCFN seguirá trabajando para fomentar la adopción de otras protecciones para los nombres de alimentos comunes y los términos genéricos.
Ya hay demasiados países que no han seguido la vía más íntegra adoptada por IP Australia y en su lugar se han rendido a las presiones de la UE para monopolizar los nombres comunes y limitar indebidamente el comercio. Así que por sus heroicos esfuerzos por defender los nombres comunes: ¡Viva IP Australia!
Bobby Koch, presidente y CEO, Wine Institute
Como cabeza del Wine Institute, Bobby Koch está deseoso por compartir el orgullo que siente por el sector del vino de California, Estados Unidos, y en su historia.
«Las primeras viñas las plantaron los misioneros españoles en el año 1683. Más de 400 años más tarde, si California fuera un país, sería el cuarto productor de vino del mundo» —nos dice. En la actualidad, California representa más del 85% de la producción vinícola de Estados Unidos y supone el 95% de las exportaciones de vino del país.
El Wine Institute representa a 1000 bodegas de todo el estado, y promueve medidas legislativas y regulatorias en Estados Unidos y en otros países. Entre sus actividades se encuentran el desarrollo del mercado internacional, las relaciones con los medios y los programas de sostenibilidad.
«Muchos de sus miembros ponen un gran énfasis en la sostenibilidad, en cómo mantener sus empresas para que pasen a generaciones futuras. Algunos miembros del Wine Institute tienen a la quinta generación trabajando en la elaboración de vino» —dice Koch.
Entre los miembros del Wine Institute hay bodegas pequeñas, medianas y grandes, la mayoría de las cuales son empresas de propiedad y operación familiares. Koch afirma que las bodegas se enfrentan a muchos retos, desde la mano de obra, hasta los aranceles compensatorios, pasando por los aspectos medioambientales. Mientras sortean estos obstáculos, también necesitan asegurarse de mantener vivas las tradiciones y la historia de la vinicultura.
«El Wine Institute apoya al CCFN porque creemos que todos los países deben poder elaborar productos de gran calidad con los nombres que se han asociado a ellos durante décadas» —afirma Koch—. «Los antepasados europeos de las familias californianas empezaron elaborando vino, y trajeron con ellos sus nombres y culturas para compartirlos en su nuevo hogar. Existe una desconexión entre estos emigrantes y la forma en que Europa regula el vino hoy en día. La Unión Europea piensa que algunos nombres y adjetivos que tradicionalmente se han venido asociando con la vinicultura, como chateau y ruby, solo pueden llevarlos los vinos que se elaboran en Europa o en países que han suscrito un acuerdo integral para el vino con la UE».
Aunque el acuerdo de 2006 entre la Unión Europea y Estados Unidos permite que las bodegas de este último utilicen los nombres en la UE, bloquea cualquier solicitud de marca registrada nueva que incluya un nombre tradicional. Un total de 19 países de Europa y de otras regiones pueden utilizar los nombres en el mercado europeo. El Wine Institute solicitó el uso de estos nombres en 2010 y hasta la fecha solo ha recibido dos respuestas, que dan permiso para utilizar «crusted» y «cream» en las exportaciones a la UE.
«En el pasado, los funcionarios europeos afirmaban que despertaría confusión entre los consumidores si la etiqueta de un vino de California decía «chateau». Pero California cuenta con una larga historia y con su propia tradición de elaboración de vinos de gran calidad. Como la etiqueta indica claramente el país de origen, e incluso el estado y a veces el área vitícola norteamericana, es cuestionable que un consumidor europeo pudiera confundirse» —apunta Koch.
Koch observa que la UE ha entrado en conversaciones sobre acuerdos de libre comercio o ya los ha firmado con importantes mercados de exportación de Estados Unidos, como son China, México, Japón y los países de Mercosur. Afirma que estos acuerdos comerciales deben indicar claramente cuando un nombre es genérico, como por ejemplo cuando el nombre de una variedad de uva se incluye en una IG europea compuesta, como es el caso de «Dolcetto d’Alba» o «Brie de Meaux».
«Esto ayudaría a que los funcionarios de regulación evitaran confusiones entre un nombre genérico y otro con estatus protegido» —dice—. «El CCFN y sus miembros deben seguir alerta para que los fabricantes de productos con nombres comunes sigan disponiendo de acceso a los mercados internacionales».
Dominique Delugeau, vicepresidente senior de Especialidades queseras y comercio internacional, Saputo Cheese USA Inc.
Dominique Delugeau ha trabajado en el sector del queso durante más de 30 años y es un apasionado de las especialidades del queso. A lo largo de su carrera ha trabajado en varias empresas queseras, entre ellas dos miembros activos del CCFN, Belgioioso Cheese y Schuman Cheese. Lleva 17 años en Saputo a través de adquisición.
Su dedicación al queso en Norteamérica ha incluido su presidencia de la Sociedad Americana del Queso (ACS), el Instituto de Especialidades Queseras de Wisconsin (WSCI) y la Asociación de Importadores de Queso de América (CIAA). En la actualidad forma parte de la junta ejecutiva de la Asociación Internacional de Fiambres, Lácteos y Panificados (IDDBA).
Como vicepresidente senior de Especialidades queseras y comercio internacional de Saputo Cheese USA Inc., forma parte de la directiva de una empresa que fabrica, comercializa y distribuye una variedad de quesos para su uso en los sectores de la venta al detalle, el servicio de comidas y los ingredientes, lo que abarca una amplia gama de quesos mozzarella, estilo americano y especialidades, como pueden ser ricotta, provolone, azul, parmesano, asiago, romano y de cabra.
«Me siento orgulloso de la dedicación de los empleados de planta y del compromiso con la elaboración de los mejores productos posibles» —afirma Delugeau—.
«Aunque Saputo es una empresa relativamente joven que se fundó en 1954, representa la consolidación de muchas queserías con profundas raíces históricas, como pueden ser Frigo y Stella —marcas que Saputo sigue comercializando al ser marcas familiares de especialidades de queso— y otras marcas que acompañan a los nombres genéricos de muchos quesos populares».
«Si no pudiéramos usar nombres comunes, nuestro negocio enfrentaría una desventaja extrema y desleal» —explica—. «Estas marcas las establecieron hace años familias como la familia Saputo que emigraron de Europa y trajeron su pasión y sus conocimientos a Norteamérica. Invirtieron trabajo arduo y capital para crear el reconocimiento del nombre del que ahora disfrutamos en el mercado: Frigo Provolone, Frigo Asiago, Stella Parmesan, Stella Romano, etc.».
La empresa matriz de Saputo Cheese USA Inc., Saputo Inc., es uno de los 10 principales fabricantes lácteos del mundo, con sede en Montreal, Canadá y más de 15.000 empleados. Es el principal fabricante de queso y procesador de leche líquida y crema de Canadá, y el principal procesador de lácteos de Australia y el segundo de Argentina. En los Estados Unidos, Saputo se sitúa entre los tres primeros fabricantes de queso y es uno de los primeros productores de productos lácteos de larga vida y fermentados. En el Reino Unido, Saputo es la primera marca de queso y uno de los principales fabricantes de productos lácteos para untar y mantequilla.
«En su calidad de compañía internacional, Saputo importa una importante cantidad de queso especializado de Europa» —dice Delugeau—. «Creemos en las indicaciones geográficas (IG) bien definidas, pero no hay duda de que nos preocupa la actitud adoptada por la Unión Europea durante los últimos cuatro o cinco años en relación con los nombres comunes, y sus intentos de hacer retroceder el uso de estos nombres en muchos países. Esto está creando un desequilibrio en el ámbito internacional y minando empresas bien establecidas».
El último ataque contra estos negocios ha sido el hecho de que la UE esté considerando la aprobación de la solicitud de IG para «havarti» por parte de Dinamarca.
«Dentro de Europa existen variaciones en la elaboración del havarti. De hecho, la corteza untada auténticamente original del havarti danés ha sido casi totalmente sustituida por un estilo adaptado a la elaboración masiva. ¿Por qué se merece eso una IG?» — se pregunta Delugeau—.
«Además, el havarti ha sido elaborado en los Estados Unidos durante muchos años por maestros queseros de gran talento. Está claro que «havarti» es un término genérico» —añade.
«La promesa de Saputo gira alrededor de los siete pilares de los valores corporativos, incluido el compromiso con nuestra gente. Si Europa consiguiera sus objetivos en la forma en que aborda las IG, sería inevitable que bajara la producción en nuestras plantas, y este es uno de los principales motivos de que intentemos proteger los nombres comunes tan apasionadamente».
Darmanto Setyawan, director de Dairy Manufacturing, Asia Sudoriental, Greenfields Indonesia
Greenfields Indonesia se fundó en 1997, en respuesta a la creciente demanda en el sudeste de Asia por productos lácteos frescos elaborados localmente. El corazón de la compañía es una actividad ganadera en Java compuesta de 10.000 vacas lecheras Holstein y Jersey. Esta planta lechera elabora leche pasteurizada, leche UHT, crema para batir UHT y queso fresco (mozzarella, ricotta y camembert). Greenfields inauguró a principios de 2017 su segunda planta lechera y lanzó un yogurt batido al mercado de Indonesia.
«A los siete meses nos habíamos convertido en el líder del mercado del yogurt. Seguimos de cerca las preferencias de los consumidores y creamos yogures de calidad que responden a la demanda» —explica Darmanto Setyawan—. «Nuestro equipo diseñó una fábrica eficiente y ecológica».
Darmanto, que lleva más de 15 años trabajando para la empresa, está orgulloso de la gran calidad de los productos de Greenfields. Tiene a su cargo al equipo de elaboración de Greenfields, con especial énfasis en el desarrollo de trabajadores especializados para trabajar con la tecnología más avanzada.
«Nos hemos convertido en los líderes del mercado de la leche pasteurizada en Indonesia gracias a la homogeneidad de la calidad y la fiabilidad en la distribución de productos a los sectores de la venta al detalle y el servicio de comidas» —afirma—. «La gran calidad de nuestra leche nos permite elaborar otros productos lácteos que solo estaban disponibles mediante importación a precios altos o que únicamente podían fabricarse con leche recombinada».
Además de abastecer el mercado nacional, Greenfields exporta una importante porción de sus productos elaborados para su venta en Singapur, Brunei, Malasia, Hong Kong y Filipinas.
La línea de productos de Greenfields incluye varios productos con nombres genéricos, como pueden ser mozzarella, camembert y ricotta. Darmanto piensa que la posibilidad de que la Unión Europea pueda hacerse con el control de este tipo de nombres comunes supone una competencia desleal que podría dar marcha atrás al tremendo progreso que ha conseguido esta joven empresa.
«Nosotros dependemos de los nombres comunes de productos lácteos con los que nuestros consumidores y los de Asia Sudoriental ya están familiarizados» —afirma—. «Sería muy difícil y costoso vender nuestros productos al consumidor si no podemos usar los nombres comunes».
«Ya nos enfrentamos a la posibilidad de que el acuerdo de libre comercio entre Indonesia y Australia y la UE elimine o reduzca las barreras a la importación, incluyendo aranceles, lo que nos traería más competencia» —añade—. «Por eso para nosotros es tan importante concentrarnos en la homogeneidad de la calidad en el mercado que abastecemos de leche fresca, y ni la distancia ni los plazos de comercialización afectarán la calidad ni el costo de distribución».
Darmanto entiende que parte del comercio leal es competir en calidad. Pero que de repente se pierda el derecho a usar los términos genéricos que aparecen en las etiquetas, después de haber creado mercados para esos productos con millones de consumidores nuevos, es harina de otro costal.
«Esto implicaría costos más altos y competencia desleal. Todo el mundo tiene que tener derecho a utilizar estos nombres comunes» —afirma.
Mauro Montalto, Director, Floridia Cheese (Australia)
Hace casi 70 años, cuando Mauro Montalto, su mujer Carmela y sus tres hijos pequeños emigraron a Australia desde Sicilia, se llevaron consigo aspectos de la cultura italiana que les ayudaron a sobrevivir y a sentirse en casa en su nuevo país. Esto incluía técnicas de elaboración del queso que habían pasado de familia en familia en su pueblo natal de Floridia, Sicilia. Al establecerse en la vida de Melbourne, Mauro empezó a fabricar ricotta tradicional sobre una hoguera en el patio trasero de su casa, primero para su familia, después para sus vecinos y amigos, y finalmente para el tendero del pueblo. De estos comienzos humildes surgió Floridia, que ahora vende sus galardonados quesos en los mercados minoristas, industriales y de servicios alimentarios de toda Australia y en numerosos mercados internacionales, entre otros Malasia, Indonesia, Singapur y Hong Kong. Floridia todavía tiene furgonetas de reparto en el área metropolitana de Melbourne para servir a los clientes leales de su ciudad natal.
Junto con los hermanos Daniel, Lisa y Rose, el nieto homónimo Mauro Montalto dirige ahora el negocio familiar con el lema, «Tradicionalmente Italiano – Orgullosamente Australiano». La atención continua a la calidad de Montalto le ha merecido el título de Mejor Quesero de 2018 y 2017 que otorga el sector lechero australiano, que en 2017 concedió al ricotta de Floridia la calificación más alta para un queso italiano. La empresa también ha sido reconocida recientemente por su casalingo, pecorino, parmesano y mozzarella de búfala. Por todo ello no es sorprendente que Montalto tenga opiniones contundentes sobre la protección de los nombres comunes.
«Hemos construido nuestras vidas alrededor de estos nombres. Son nuestro medio de subsistencia» — afirma.
Si esta empresa no pudiera seguir utilizando los nombres genéricos, añade, «dudo mucho que pudiéramos sobrevivir y se perderían más de 60 años de herencia y tradición familiar. En términos comparativos, somos un fabricante de queso pequeño. Nuestros quesos parten de las variedades tradicionales de queso italiano, por lo que no nos podemos permitir el lujo de ajustar nuestra mezcla de productos a las variedades y nombres de queso menos afectados.
«Aplaudimos la labor del CCFN en el sentido de dirigir la atención mundial hasta este importante tema y por defender a los que como nosotros se oponen al abuso de las indicaciones geográficas por parte de la Unión Europea» —agregó—. «Somos una pequeña empresa familiar de recursos limitados y dependemos de grupos como el CCFN para que nos ayuden a propagar este mensaje».
El tema está muy presente en la mente de Floridia debido al comienzo de las conversaciones de comercio entre la Unión Europea y Australia, al ser las demandas sobre indicaciones geográficas (IG) de la UE uno de los principales puntos de desacuerdo, especialmente para el sector lácteo australiano.
«Si se hacen cumplir [las demandas de IG de la UE] en el mercado australiano, nuestro modelo de negocio se hará insostenible, ya que no podríamos seguir empleando marcas y nombres de productos largamente establecidos» —apunta Montalto, añadiendo que no se trata solo de los nombres, sino del conocimiento humano que los respalda. «Defendemos firmemente que los conocimientos sobre la fabricación del queso y el proceso de elaboración del mismo son fundamentales para el éxito del producto final, y esto está íntimamente ligado al desarrollo de nuestro negocio».
Sin el uso de nombres comunes tales como «ricotta» y «parmesano», Floridia teme que se limitaría su capacidad para incrementar o mantener las ventas en el futuro, ya que nos veríamos obligados a cambiar el nombre y el enfoque hacia la comercialización de nuestros productos, especialmente en las exportaciones.
«La consecuencia sería una reducción progresiva en las oportunidades futuras de venta» —afirma Montalto—. «Como mínimo, para poder seguir funcionando, nos veríamos obligados a incurrir en costos de cambio de marca y mercadeo importantes, a los que se sumarían los relacionados con la educación del consumidor. Además de esto, podría verse una reducción en las ventas y en la demanda por parte de los consumidores, si es que llegan a adaptarse en absoluto a los nuevos nombres y marcas. A esto se añade la posibilidad de pérdidas importantes en las ventas debido a la competencia que presentaría en Australia la presencia de marcas europeas que sí podrían emplear estos nombres comunes a los que los consumidores están acostumbrados».
Floridia también tiene objeciones hacia el intento de algunos grupos italianos de oponerse al uso de imágenes de marca que hagan referencia a la herencia italiana. «Esto provocaría una desafortunada incertidumbre en nuestro negocio con respecto a las decisiones sobre planificación e inversiones» —explica.
Para Montalto, la UE no debería intentar aumentar su cuota de mercado reivindicando la titularidad de los nombres, sino por la destreza y dedicación del quesero.
«Mi abuelo siempre me decía: ‘Haz un buen queso. Puede que no seas el más grande ni el más rico, pero siempre habrá alguien que te lo compre. O puedes hacer un queso ordinario y trabajar a ese nivel; te puedo garantizar que no durarás’.»
«Y esa es nuestra filosofía» —explica Montalto—. «Elaborar un queso delicioso sin olvidar nuestra herencia familiar quesera italiana».
Barry Carpenter, Presidente y Director General del Instituto Norteamericano de la Carne (North American Meat Institute)
Existen pocos problemas de mayor importancia para la industria norteamericana de la carne que el comercio, lo cual hace del comercio una pasión para Barry Carpenter, Presidente y Director General del Instituto Norteamericano de la Carne.
La asociación representa a los empacadores de carne de res, cerdo, cordero y pavo, así como a sus procesadores y proveedores. Los miembros varían entre grandes compañías multinacionales y pequeñas empresas familiares, con miembros de la asociación que procesan 95% de carne roja y 70% de productos de pavo en los Estados Unidos.
Gracias a los productos de alta calidad y a la demanda del mercado alrededor del mundo, las exportaciones de carne en EE. UU. batieron récords en 2017: El valor de la exportación de res de EE. U.U. excedió los $7 mil millones el año pasado y las exportaciones de cerdo sobrepasaron el volumen récord del año anterior, para un total de 2,45 millones de toneladas métricas.
“Sin embargo, la decisión de EE. UU. de retirarse del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica, y la incertidumbre sobre otras relaciones y tratados de comercio, incluyendo la reciente decisión de China de imponer aranceles del 25% para el cerdo de EE. UU., se mantienen como motivos de preocupación”, comentó Carpenter.
El Instituto de la Carne también se opone a las barreras comerciales arancelarias y no arancelarias, así como a los estándares y regulaciones de seguridad alimentaria que carecen de raíces científicas; por lo tanto, Carpenter discrepa de los esfuerzos de la UE de confiscar nombres genéricos.
“Nuestra industria depende de un comercio internacional sólido, pero aceptar restricciones de IG inapropiadas supone un potencial importante de barreras no arancelarias para las exportaciones de carne de EE. UU.” dijo. “El impulso que hemos experimentado en las exportaciones de carne requiere que a nuestras compañías afiliadas que usan términos genéricos, se le otorgue el acceso continuo al mercado de una población global en crecimiento”.
Si bien el Instituto de la Carne apoya la protección de indicaciones geográficas legítimas tales como “Prosciutto di Parma”, los nombres comunes de las carnes como “jamón selva negra”, “bologna” y “salami” están cada vez más bajo amenaza, agregó Carpenter. Las restricciones inapropiadas de IG podrían forzar a las compañías de carne y aves de EE. UU. a volver a etiquetar sus productos. Y ese, sería un proyecto costoso que podría generar confusión en los consumidores, según Carpenter. Esto a su vez, crearía barreras adicionales para el comercio, lo que impediría las exportaciones de carne de EE. UU. a mercados globales importantes en vez de promoverlas.
“Los competidores extranjeros que obtienen acceso exclusivo a términos comunes, recibirían una ventaja comercial injusta que posiblemente les permitiría acaparar mercados que fueron desarrollados durante décadas por productores de EE. UU. y otras regiones”, anotó. “Dicha desventaja comercial injusta podría afectar a decenas, si no a cientos de miles de empleados en el sector de la carne cuyo sustento está ligado al sólido mercado de exportación”.
Carpenter aclamó el trabajo del Consorcio para Nombres Comunes de Alimentos como “invaluable y exhaustivo”, incluyendo esfuerzos de defensa, legales y de comunicación.
“El CCFN brinda los recursos y el apoyo para controlar todas las IG propuestas y coordina trámites de oposición especializados para evitar la restricción inapropiada de nombres comunes de carnes y alimentos” dijo. “Con el énfasis y la dedicación del CCFN en estos temas, tanto el Instituto de la Carne como otros miembros, podrán mantener una cartera de relaciones internacionales sólida, mientras se mantienen involucrados y activos en asuntos relacionados con IG.
Hisao Fukuda, Director de Operaciones y Secretario General de la Asociación Japonesa de Servicios Alimentarios
Uno de los partidarios más recientes del CCFN es la mayor organización de industrias de servicios alimentarios, la Asociación de Servicios Alimentarios de Japón, que cuenta con más de 800 empresas y 65.000 puntos de venta representados. La organización tiene la misión fundamental de apoyar a la industria de servicios alimentarios de Japón para alcanzar un crecimiento económico saludable mientras cumple con sus responsabilidades sociales.
Al liderar la organización, Hisao Fukuda, Director de Operaciones y Secretario General nos cuenta que sus miembros enfrentan varios desafíos como la escasez laboral, el aumento en el costo de los alimentos, la garantía de la seguridad de estos y algunas restricciones regulatorias. Hisao también agrega que la protección de nombres comunes es muy importante para sus miembros.
Según Hisao, “los miembros y empresas relacionados con la industria de servicios alimentarios de Japón han utilizado productos alimenticios importados por mucho tiempo, algunos de los cuales ya cuentan con nombres genéricos. Muchas variedades de quesos se comercializan y utilizan con nombres genéricos sin importar su país de origen como el parmesano, mozzarella, gouda, edam, camembert y brie. Si nuestros miembros no pudieran utilizar los nombres y términos comunes de los alimentos, se tendrían que volver a imprimir y nombrar todos los menús, recetas y documentos relacionados que lleven dichos nombres. Es por esto que apoyamos el trabajo del CCFN, ya que restringir los nombres de estos productos alimenticios de uso común/comercial crearía gran confusión entre nuestros miembros, alterando sus prácticas comerciales”.
La organización estima que el tamaño del mercado dinámico de servicios alimentarios de Japón está por encima de los $234 miles de millones.
Fermo Jaeckle, Gerente General de Intercibus Inc.
Intercibus, Inc., con sede en Brookside, Nueva Jersey, EE. UU. proporciona asistencia en ventas, mercadeo y finanzas a los nuevos integrantes del mercado de quesos de especialidad de EE. UU.
Su Gerente General, Fermo Jaeckle, tiene un largo historial de éxito en el sector de quesos de especialidad en EE. UU. Fue co fundador y líder de Roth Kase USA, empresa con sede en Monroe, Wisconsin que se convirtió en uno de los 10 principales productores estadounidenses de queso de especialidad, ganador de numerosos premios en concursos nacionales e internacionales de queso. La empresa fue adquirida por la empresa suiza Emmi en 2009 y ahora se llama Emmi Roth USA.
“Hace 25 años, pocas personas previeron el vibrante mercado actual de queso artesanal con la demanda del consumidor del producto de origen local”, nos comenta Jaeckle. “Sin embargo, aquí estamos. Con feta producido en Wisconsin, gouda de Nueva York y parmesano de California. Como miembro de la cuarta generación de una familia que ha estado involucrada en la producción y distribución de queso, me siento agradecido con los esfuerzos del Consorcio para Nombres Comunes de Alimentos para proteger los mercados abiertos de los nombres de alimentos genéricos al reconocer la inversión que han realizado muchas generaciones anteriores”.
“No me opongo a las IG como tales, pero creo que las leyes de marcas y patentes de EE. UU. ofrecen muchas posibilidades para proteger de la identidad de los productores sin crear obstáculos al comercio”, manifiesta Jaeckle. “Y cuando al inicio realice la convocatoria errada, como ocasionalmente lo hace cualquier sistema, existen formas en las que el público puede señalar el problema y ayudar a encausarlo».
Jaeckle comenta que, en algunos otros países, la Comunidad Europea junto con las organizaciones de productores están tratando de confiscar los derechos de marca internacional en categorías de productos que ya desde hace tiempo han pasado a formar parte del dominio público. Los cocineros, escritores sobre alimentos y otros profesionales de la alimentación reconocen que muchos de los productos cuyas IG está buscando proteger la UE han sido fabricados por generaciones fuera de sus zonas de producción original, dice.
“El hecho de que muchos de estos productos tienen estándares internacionales de identidad de larga data, comprueba que estos términos son genéricos”, dice. “¿Dónde trazamos el límite? ¿Debe fabricarse todo el queso suizo en Suiza? Si nos basamos en los pretextos de los promotores de IG, la respuesta es afirmativa, pero esa es una posición insostenible e indefendible”.
Ramiro Pérez Zarco, Executive Director, Asociación de Desarrollo Lácteo de Guatemala (ASODEL)

Ramiro Pérez Zarco
Al igual que otros países centroamericanos, Guatemala tiene una profunda apreciación cultural y culinaria por el queso, así como un interés económico en el crecimiento de la industria lechera del país. Las empresas guatemaltecas producen quesos frescos, así como quesos semi blandos y duros como el gouda, parmesano, muenster, mozzarella, provolone, emental, cheddar y muchas otras variedades.
Ramiro Pérez Zarco tiene una relación tanto personal como profesional con la industria láctea tras haber crecido en una familia de productores lecheros y ser ahora el director de ASODEL, la organización de la industria láctea de Guatemala. Además de su carrera temprana como criador de vacas Jersey, laboró con organizaciones de productores de leche guatemalteca y centroamericana, y también fue dos veces Viceministro de Ganadería en el Ministerio de Agricultura del país. Ha estado con ASODEL durante los últimos siete años enfocado en “mejorar la eficiencia de la producción, apoyar las marcas en el mercado y trabajar con el gobierno para preservar los derechos de la libre empresa, la igualdad y la equidad en los mercados locales e internacionales”.
Para Pérez Zarco y ASODEL, la protección de los nombres genéricos es un derecho adquirido y ganado por la industria guatemalteca a lo largo de muchos años. Según Pérez Zarco, si los fabricantes guatemaltecos no pudieran utilizar los nombres de alimentos comunes probablemente tendrían que hacer una inversión significativa en informar a los clientes sobre los beneficios y las características especiales de sus productos.
“Ese es un gasto que afectaría la rentabilidad de nuestros negocios y no por un buen motivo. Los europeos probablemente no aumentarían sus ventas aquí puesto que los precios de sus productos ya son prohibitivamente altos para la región en términos de volumen de ventas, de modo que sería un mal negocio para todos”.
Añade que “muchos de los tipos de quesos vendidos en Guatemala y en Centroamérica fueron introducidos al mercado por nuestras industrias. Es simplemente injusto que industrias europeas que nunca han tenido presencia en estos mercados ahora quieran reclamar nuestro trabajo y busquen excluirnos con base en principios establecidos por ellos mismos.
“Consideramos que el trabajo del Consorcio para Nombres Comunes de Alimentos es muy importante y justo al ser una forma de proteger nuestro esfuerzo negocio y defender nuestro patrimonio comercial”.
David Ahlem, Gerente General, Hilmar Cheese Company, Inc.
En 1983 doce familias lecheras de la región central de California se reunieron en una cafetería local y soñaron con crear una empresa quesera para aumentar el valor de la leche con alto contenido de sólidos de sus vacas Jersey. Los padres de David Ahlem se unieron con otras familias de ganaderos lecheros locales para dar forma a los primeros conceptos en el reverso de una servilleta. Este fue el grupo fundador de Hilmar Cheese Company, Inc.
David creció aprendiendo cómo un grupo de familias diferentes podía trabajar en conjunto para levantar la empresa Hilmar Cheese Company. Durante los veranos mientras estaba en la universidad, trabajaba en la planta procesadora y tras obtener su bachillerato de la Universidad de Westmont y una posterior Maestría en Administración de Empresas en California Polytechnic State University, de San Luis Obispo, se incorporó a Cargill Animal Nutrition como gerente comercial.
En el 2004, Ahlem regresó a Hilmar Cheese Company como gerente de la planta en Texas donde se convirtió en parte fundamental para el desarrollo de instalaciones de última generación. En el 2011, él y su esposa se trasladaron de regreso a California donde estuvo a cargo de varios puestos de liderazgo antes de convertirse en el Director Ejecutivo de Hilmar.
Hilmar Cheese Company y su división Hilmar Ingredients ofrecen sus servicios en más de 50 países. Las instalaciones de producción con tecnología de punta en Texas y California convierten la leche de alta calidad de las granjas lecheras locales en queso, ingredientes de suero de leche y leche en polvo. La compañía se especializa en la producción de quesos tipo cheddar y americano que utilizan tanto marcas nacionales como empresas de etiqueta privada a nivel mundial.
Como empresa internacional, Hilmar es firme partidaria del CCFN y su trabajo. «Reconocemos las amenazas y obstáculos para el comercio que pueden llegar a crear las indicaciones geográficas», dijo David Ahlem. «Estas causan un impacto en los negocios internacionales de algunos de nuestros preciados clientes, por lo que es importante un terreno de juego justo tanto para nosotros como para todos los productores estadounidenses. Los lácteos tienen muchas bondades que ofrecer, pero existen desafíos en cuanto a su disponibilidad que merecen las acciones de la industria lechera a nivel mundial».
«Es de vital importancia proteger los nombres comunes de los quesos y que el CCFN asuma esta función, es una gran fortuna para la industria lechera y demás industrias afectadas», concluyó Ahlem.
Jaime Olvera Kipper, El Dueño Y Director General, Quesos Kipper de México
Jaime es el dueño y director general de la empresa Quesos Kipper México, la cual tiene como negocio principal la fabricación de quesos gourmet de leche de vaca y cabra. Jaime es Ingeniero Bioquímico, egresado de la Universidad ITESM de Monterrey, México. Una vez finalizado sus estudios en México, decidió estudiar una maestría en productos lácteos y leche en la Universidad de Cornell en Nueva York, para después seguir sus estudios en ciencia de los alimentos en Japón, en donde además comenzó una exitosa carrera profesional en empresas de alimentos.
De madre de origen francés, y abuelos originarios del norte de Francia (región de Alsacia), Jaime siempre estuvo expuesto a la cocina y costumbres culinarias francesas. Tiempo después la familia decidió inmigrar y establecerse en México, para ser más precisos en el Estado de Guanajuato, al centro de México, la cual es una región lechera por tradición.
Jaime desarrollo una carrera profesional de más de 40 años, siempre en el sector de alimentos y de lácteos, llegando a ser Director General en varias empresas. Durante su carrera, siempre estuvo ligado a la producción de quesos de especialidad, y el mismo se llama como un “maestro quesero”.
“Desde muy joven siempre quise tener mi propia empresa, y especializarnos en quesos de alta calidad, ya que en México existe un importante nicho de mercado para estos quesos, además de que el consumidor mexicano merece opciones de alta calidad”.
Hace unos años, Jaime decidió emprender su propio negocio, y aplicar en su empresa toda esa experiencia y carga cultural y costumbres heredada de sus abuelos, fue así que tiempo después fundo Quesos Kipper de México.
“Somos una empresa pequeña, pero en constante crecimiento, y en Quesos Kipper de Mexico, estamos enterados de las políticas que lleva a cabo la Unión Europea, con respecto a querer apoderarse de manera exclusiva de los nombres comunes de alimentos” y añadió… “Nos parece que no es justo, que el esfuerzo y dedicación de años de trabajo nos sean expropiados, por supuesto que estamos a favor del respeto a la Denominación de Origen, pero en este caso estamos conscientes que la Unión Europea quiere apropiarse de los nombres comunes, y creo que ellos no tienen este derecho, ya que por generaciones productores de quesos de todo el mundo han dedicado sus vidas a desarrollar mercados fuera de Europa, el derecho de los nombres comunes nos pertenece a todos”
Jaime indico “En Quesos Kipper de Mexico tenemos planes a futuro, y que el día de hoy no seamos una empresa grande, eso no quiere decir que en un futuro próximo lo seamos, hemos trabajado muy duro, y hacemos un llamado a las oficinas de gobierno que llevan estos temas de comercio exterior a estar atentos y proteger nuestro legítimo derecho a producir quesos y nombrarlos con el nombre que se ha vuelto común al pasar de los años”
Quesos Kipper de México produce varios tipos de quesos de especialidad, entre ellos Chevrotin, Tomme, Brique, Munster, Reblochon y Manchego entre otros. Quesos Kipper utiliza como materia prima principal leche de vaca y de cabra producida por productores de leche mexicanos, y cuenta con estándares de calidad de primer nivel a nivel mundial.
Finalmente, Jaime señalo, “En Quesos Kipper, tenemos un gran respeto por nuestros clientes, y ofrecemos quesos elaborados de manera artesanal, respetando la tradición original, pero lo que hacemos aquí en México, son quesos elaborados con pasión, y con un enorme amor hacia nuestra propia historia y a todo lo que mi madre me enseño, entre esto a producir quesos de alta calidad. Queremos crecer y ofrece a los consumidores de México y por qué no de otros mercados nuestros quesos en un futuro próximo, nos hemos ganado ese derecho.”
Neal Schuman, Gerente de Schuman Cheese
A Neal Schuman, Gerente de una empresa estadounidense que fabrica quesos de herencia italiana le preocupa la campaña europea que pretende quedarse con el derecho exclusivo de nombres como parmesano, asiago y mozzarella. Es por este motivo que Schuman apoya la labor del Consorcio para Nombres Comunes de Alimentos.
“En mi opinión, la posición negociadora europea pretende socavar a las empresas ya establecidas basadas en nuestro sistema tradicional de identidades, en el Código de Normas Federales y en la ley de marcas de larga data. Cualquier intento por cambiar nuestras arraigadas normas del pasado niega la cantidad de años que hemos invertido como individuos y empresas en construir nuestras marcas y negocios, y pone en riesgo los empleos de muchos ciudadanos estadounidenses”.
“Además”, continuó, “limita las opciones del consumidor en países extranjeros y estos merecen contar con variedad de productos a diferentes precios”.
La generación de Schuman es la tercera en asumir la dirección de Schuman Cheese, empresa que ejemplifica el crecimiento y prosperidad de la industria quesera en los Estados Unidos. Su abuelo, fundador de la empresa Arthur Schuman, comenzó a importar quesos de alta calidad de Italia y luego usó el conocimiento adquirido para abrir plantas en los Estados Unidos que fabricaran quesos italianos auténticos utilizando métodos del viejo mundo.
Hoy en día, los galardonados productos fabricados por Schuman Cheese en Wisconsin se encuentran en tiendas de todo tipo tanto minoristas como mayoristas. Sus marcas incluyen Cello, Bella Rosa, G. Carbonelli, Pastures of Eden y Tutta Bella.
La empresa Arthur Schuman, Inc., ha sido conocida por décadas. Recientemente celebró su 70 aniversario con el cambio de nombre a Schuman Cheese y el lanzamiento de una nueva marca llamada Yellow Door Creamery. Su sede en Fairfield, Nueva Jersey, está ubicada a menos de 20 millas de donde comenzó la empresa originalmente. El año pasado, Schuman lanzó también su propia iniciativa de etiquetado conocida como True Cheese para enfatizar la importancia de la calidad y autenticidad en la fabricación de quesos.
Emilio Karake, Director de Operaciones en Italiana de Alimentos, S.A., Guatemala
Un arquitecto de profesión y apasionado restaurador llamado Emilio Karake es el dueño de la cadena de restaurantes italianos casuales y auténticos que dan vida a la franquicia guatemalteca conocida como Italiannis. En 2010 después de 10 años de especializarse en el diseño y construcción de espacios comerciales y corporativos, a Karake le ofrecieron una oportunidad que no pudo rechazar. En 2011 tras estar inmerso en un exhaustivo programa práctico de 90 días donde adquirió el conocimiento del negocio de restaurantes, procedió de inmediato a abrir el primer Italiannis en Guatemala.
Italiannis fue concebido en Texas en 1991 por el grupo Carlson Group creadores de TGI Friday’s. En 1996 abrieron sus primeros restaurantes en México y Filipinas. Hoy en día cuentan con 95 restaurantes en ambos países y siguen creciendo. El éxito proviene en parte de tratar a cada cliente como invitado en su propia casa. Se disfruta en ellos comida hecha con recetas italianas auténticas en un ambiente familiar rodeado de un entorno que transporta a los clientes durante algunos minutos a un bistró en Italia.
Como restaurador guatemalteco que se especializa en comida italiana, a Karake le preocupan los intentos de la UE por reclamar los derechos exclusivos de los productos que tienen nombres comunes como el parmesano que ha sido producido durante décadas en América Central.
Karake dice que “al intentar recuperar nombres como el parmesano, la Unión Europea está perjudicando a miles de pequeños y medianos productores de Guatemala y de los países vecinos. Por suerte el Consorcio para Nombres Comunes de Alimentos está contraatacando. De hecho, desempeña un papel fundamental al oponerse al abuso de UE del concepto de indicaciones geográficas. Es por eso que apoyo al CCFN. Es importante proteger el derecho a usar los nombres genéricos como parmesano».
Mike McCloskey, Director Ejecutivo de Select Milk Producers
A Mike McCloskey podemos llamarlo el innovador estrella. Es de Pittsburgh y creció en Puerto Rico. Obtuvo un Doctorado en Medicina Veterinaria en la Universidad de México y finalizó su residencia en producción saludable del ganado vacuno en la Universidad de California, en Davis. Luego abrió su clínica veterinaria para atender al ganado lechero en Escondido, California. A mediados de los 80 ya era socio con su esposa Sue en su primera lechería. En 1990 se mudaron al sureste de Nuevo México en donde se asociaron a dos lecherías de 2500 vacas.
Pocos años después, los McCloskey, su socio y algunos otros productores lecheros con ideas similares conformaron Select Milk Producers. Con McCloskey como su Director Ejecutivo, en poco tiempo la cooperativa consolidó su reputación por su atención, calidad y responsabilidad con sus compradores que incluían a H.E.B., Deans Foods y Kroger. McCloskey ideó una manera de concentrar la leche retirándole el agua y la lactosa a medida que seguía haciendo crecer la cooperativa. Esto generó una reducción en los costos de transporte que permitió el acceso a mercados más lejanos y rentables.
En 1998, los McCloskey buscaban otro desafío. Se mudaron de Nuevo México al noreste de Indiana y, con la ayuda de su socio, adquirieron una finca de 6070 hectáreas que hoy tiene cinco edificios y extrae leche a 15.000 vacas. Los McCloskey y otras ocho fincas lecheras familiares cercanas, abrieron el negocio completo al público al darse cuenta de su oportunidad de influenciar y contrarrestar las interpretaciones erróneas que existían sobre las fincas lecheras a gran escala. Además del edificio Dairy Adventure (aventura láctea), del establo de gestación Birthing Barn y de la ahora famosa cafetería Fair Oaks Farms Cowfé, crearon una atracción agroturística que contó con medio millón de visitantes el año pasado. Tres años atrás abrieron la aventura porcina de Fair Oaks Farms llamada Pig Adventure donde se exhibe un moderno establo con capacidad para 3000 cerditos recién nacidos. Este año, Winfield Solutions tiene planeado abrir el edificio Crop Adventure para compartir las aventuras de las cosechas. Aparte de ser centros vanguardistas de aprendizaje lúdico, la energía de todos estos edificios la proveen digestores de metano activados por el estiércol de 15.000 vacas y 3000 cerdos.
La innovación continuó a través de la subsidiaria de salud y bienestar de Select Milk Producers conocida como Fairlife, la cual produce leche alta en proteína y baja en azúcar además de Core Power, que es una bebida de recuperación muscular alta proteína. En 2011, Fairlife se asoció con The Coca Cola Company para generar la primera incursión láctea del gigante estadounidense de las bebidas. Hoy en día, Coca Cola entrega los productos de Fairlife a lo largo y ancho del país. Esta innovación, tecnológica y del desarrollo del producto, le mereció a la planta de Fairlife en Michigan conocida como Coopersville el reconocimiento como «Procesadora del Año», otorgado por la revista Dairy Foods.
Debido a la naturaleza innovadora y a la participación vitalicia de McCloskey en las fincas lecheras, era de esperar que Select Milk Producers se uniera al Consorcio para Nombres Comunes de Alimentos. “El trabajo del Consorcio es fundamental”, recalcó Mike McCloskey. “Ninguna otra organización a nivel mundial está luchando contra los estrafalarios intentos de la Unión Europea por monopolizar los nombres de los alimentos que han sido de dominio público por tanto tiempo, en especial los de los quesos».
“Los nombres como feta y parmesano nos pertenecen a todos, no solo a un pequeño grupo de productores en Grecia e Italia”, agregó McCloskey. “Las decisiones que se están tomando alrededor del mundo en forma de regulaciones y acuerdos comerciales impactarán enormemente la capacidad de la industria láctea estadounidense de utilizar los nombres de quesos que son cruciales para su éxito. Select Milk se compromete a promover la conservación de estos nombres para todos los productores de quesos”.
Ed Townley
CEO, Agri-Mark
www.agrimark.coop
Unos de los nombres de quesos mejor conocidos y más gustados en los Estados Unidos es el «cabot», una marca que evoca a las familias agricultoras y la rica tradición de producción quesera de Vermont y la vibrante campiña rural del noreste. Aunque el cabot es mejor conocido como queso cheddar galardonado, la cooperativa Agri-Mark también ofrece una amplia variedad de quesos, mantequilla, yogur y otros productos lácteos con las marcas Cabot y McCadam.
Agri-Mark celebró su primer centenario en el 2013 y vende leche de 1200 lecherías familiares en Nueva Inglaterra y Nueva York, con ventas anuales de $1.1 mil millones. Agri-Mark es la primera cooperativa lechera en los Estados Unidos en obtener una certificación B-Corp. Las certificaciones B-Corp provienen del B Lab, una organización sin fines de lucro con rigurosos estándares de desempeño social y ambiental, y de responsabilidad y transparencia.
Cuando se trata de proteger nombres genéricos, la lista de Cabot tiene como prioridad la capacidad de utilizar los nombres comunes de cheddar, muenster y yogur griego. Han ganado gran variedad de premios por sus productos de alta calidad en las tres categorías. Y aunque hasta ahora el término cheddar no ha sido amenazado directamente por los esfuerzos de la Unión Europea para extender las protecciones de las indicaciones geográficas, Agri-Mark está muy consciente de que la línea continua acortándose, y de que por ahora no se puede considerar seguro ningún término con raíces europeas. El nombre muenster que Cabot produce en su planta de Chateaugay, N.Y., estuvo en la mira de nuevas restricciones por parte de la UE en su tratado de libre comercio con Canadá y los países tienen prohibido exportar sus productos a la UE.
«Hemos visto cómo la UE desea acorralar la propiedad de los términos muenster, parmesano, feta, asiago y havarti, entre muchos otros términos. En este punto no parecen definir una línea clara dónde detenerse», dijo Ed Townley, Director Ejecutivo de Agri-Mark. «Afortunadamente sabemos que el CCFN está trabajando muy duro para exponer estos abusos y rebatir los mismos, pues es de importancia vital para el futuro de nuestro negocio tanto acá en los Estados Unidos como en nuestros mercados de comercio. Las exportaciones de productos lácteos aumentan en importancia para toda la industria lechera en los Estados Unidos».
Muchos nombres de alimentos desde el cheddar hasta la pizza se originaron en Europa pero se han vuelto genéricos desde entonces.
«Nuestras trabajadoras familias propietarias de lecherías han invertido millones de dólares en productos que todo el mundo conoce por estos nombres», dijo Townley. «Estamos orgullosos de nuestros quesos cheddar, muenster y demás productos, y esperamos poder compartirlos con las futuras generaciones».
Norberto Purtschert, Gerente General, Floralp SA
Norberto Purtschert, Floralp SA
Oskar, el padre de Norberto Purtschert, salió de Suiza en 1949 para Ecuador.
Oskar, el padre de Norberto Purtschert, se fue de Suiza a Ecuador en 1949. Su propósito específico era producir en dos años los quesos suizos de su tierra natal que conocía y amaba. Pero en ese tiempo los quesos duros como el gruyere eran excéntricos en Ecuador y aún no se apreciaban. De hecho, Oskar se dio por vencido y casi se retiró de Ecuador. Sin embargo, cuando el Presidente de Ecuador, Galo Plaza Laso, probó los quesos de Oskar en una exposición, quedó tan impresionado que lo convenció que se quedara en el país. Años después Oskar, fundó la compañía Floralp en la ciudad de Ibarra. Apropiadamente, él nombro a su nueva compañía Floralp, flor de los Alpes.
Ahora llegamos al 50 aniversario de Floralp y vemos que se ha convertido en un líder de la industria lechera sudamericana en la producción y comercialización de quesos frescos, semi blandos y duros. En el transcurso de los años, Floralp ha ayudado a desarrollar el gusto y mercado para muchos quesos europeos dentro de Ecuador, Perú y Colombia. Hoy en día, la compañía ofrece queso parmesano, camembert, brie, gruyere, tilsiter, raclette, manchego, queso feta, emmental, cheddar, fontina, mozzarella y provolone. La compañía ha recibido premios por su brie, camembert y otros productos, así como premios sobre su responsabilidad social.
«Mirando la lista de nuestros productos, es fácil entender por qué somos miembros del Consorcio y por qué sentimos tan fuertemente que estos quesos son tanto una parte de nuestra herencia como de aquellos quienes también los producen,» dice Norberto Purtschert, que ahora encabeza la compañía. Oskar falleció en 2013.
«Mi padre fundó esta empresa con la visión de aplicar los más altos estándares de calidad para satisfacer las demandas de nuestros clientes,» continúo Purtschert. «Esta siempre ha sido una empresa familiar donde todos colaboran y ayudan, donde promovemos un sentido de comunidad, protegemos el medio ambiente y proporcionamos productos nutritivos y deliciosos.»
«Para nosotros, la calidad más importante es ser justo y considerar a los demás, tanto dentro de las operaciones de nuestra empresa como también en la comunidad. Creo que la cuestión de proteger los nombres genéricos se encaja absolutamente en ese mandato de justicia, para que todos puedan utilizar estos nombres de productos que muchas personas han hecho, compartido y disfrutado durante muchos años,» dijo Purtschert.
Pedro Garcia, Tregar – García Hnos. Agroindustrial S.R.L.
Pedro Garcia, Tregar
Argentina es el séptimo mayor productor de queso en el mundo y las empresas de quesos como Tregar, con sede en la provincia noreste de Santa Fe, ayudan a satisfacer el amor de la nación para una amplia variedad de quesos.
Pedro García, propietario, y sus hermanos Vicente y Florencio, han contribuido al crecimiento de los intereses lácteos de Tregar desde sus humildes comienzos cuando sus padres, inmigrantes españoles, empezaron el negocio en la década de 1930. Actualmente, la compañía produce una amplia variedad de quesos blandos, semiduros y duros como el gouda, edam, fontina, gruyere, mozzarella, sardo, reggianito, y muchos otros. También se produce yogur y productos lácteos secos.
«Durante muchos años hemos construido una marca que lleva una reputación de alta calidad en todos nuestros productos, especialmente con nuestros quesos», dijo García.
Con las negociaciones comerciales entre Mercosur y la UE que, según se informa, están en marcha de nuevo, García está manteniendo una estrecha vigilancia sobre las estipulaciones de la UE con respecto a las indicaciones geográficas. Tregar vende principalmente al mercado interno, con interés a exportar a otros destinos en las Américas, Asia, África y Europa (Federación de Rusia).
«Cuando los productores de alimentos en los países que comercian con la UE no están prestando atención, pueden despertar y encontrar que de repente tienen que enfrentar serias restricciones debido los acuerdos comerciales», dijo García. «Estamos haciendo lo posible ahora para asegurarnos que todavía tenemos la libertad de utilizar nombres genéricos como ‘gouda’, ‘edam’, ‘fontina’, ‘gruyere’ y ‘provolone’, tanto aquí en Argentina y en el comercio con otros las naciones de todo el mundo». Tregar es un aliado que apoya el Consorcio y es vocal en la defensa de los derechos del uso de nombres comunes de alimentos en Argentina y en todo el mundo. http://www.tregar.com.ar/
Ron Buholzer, Klondike Cheese
Ron (derecha) con sus hermanos Steve (en medio) y Dave (izquierda)
Ernest Buholzer, inmigrante suizo, comenzó la producción de queso suizo en el sur de Wisconsin en 1925, estableciendo una compañía de quesos que continúa en la familia hasta este día. Siete miembros de la familia Buholzer trabajan en la empresa Klondike Cheese Co., entre ellos el presidente Ron Buholzer (nieto del fundador), sus hermanos Dave y Steve, y otros miembros de la familia de cuarta generación.
La compañía hace feta, muenster, brick, y havarti, y acaba de embarcar en una nueva línea de negocio con el yogur estilo-griego.
“Somos reconocidos a nivel nacional por nuestro feta – un producto premiado que es muy auténtico”, dijo Ron Buholzer. “Tenemos cuatro maestros queseros, equipo de tecnología avanzada, y empleados que realmente están dedicados a ofrecer consistencia y calidad superior para todos nuestros productos”.
Como ejemplo, en el concurso del campeonato de quesos de Estados Unidos de este año, Klondike ganó los primeros premios por sus quesos: Feta de baja grasa en salmuera; el queso muenster; y feta de baja grasa con pimienta en salmuera. El año pasado, varios quesos también ganaron el primer lugar en sus categorías: Feta condimentada de marca Odyssey® Med Herb, feta sin grasa de la marca Odyssey® y el havarti de marca Swisconsin®.
“Nuestros quesos han ganado muchos premios, pero nuestra mayor alegría es cuando escuchamos a alguien decir lo mucho que han disfrutado uno de nuestros quesos”, dice Buholzer.
Obviamente, la posibilidad de quitarle el derecho a Klondike de utilizar los nombres comunes tales como “feta” y “havarti”, e incluso “yogur griego”, es algo que corta muy cerca al hueso para esta empresa de cuarta generación.
“Es indignante, realmente, que cualquiera puede pretender tener el derecho exclusivo de estos nombres”, señalo Buholzer. “Estamos muy orgullosos ya por muchas décadas de la calidad de nuestro queso feta y havarti. Es una cuestión económica para nosotros, sin duda, pero también es personal. Se trata de lo que es correcto y justo”.
“Somos miembro activo del Consorcio desde 2012. Creo que una de las cosas más importantes que están haciendo es de distribuir información acerca este problema ya que tiene el potencial de afectar a muchos, muchos productores de alimentos en todo el mundo. Es importante establecer el límite y dejar muy claro que estos nombres pertenecen a todos”, señalo Buholzer.
Jim Sartori, Sartori Co.
Este año (2014), Sartori Company está celebrando su 75 aniversario, mirando hacia atrás en una historia repleta de premios desde 1939 cuando el inmigrante italiano Paolo Sartori comenzó a producir quesos en Wisconsin, EE.UU. Entre otras cosas, Sartori Co. fue un pionero en la exportación de quesos, y en 1970, fue el primer exportador de queso Americano a Japón…y a Italia! Hoy la empresa familiar de cuarta generación, produce variedades de queso parmesano, asiago, fontina y romano.
Apasionado de sus quesos, Presidente Ejecutivo Jim Sartori, también es apasionado de proteger nombres comunes de quesos.
“En un concurso abierto y global en el Reino Unido en 2011, nuestro parmesano SarVecchio® ganó el primer lugar en el la categoría de Queso Parmesano, derrotando hasta el Parmigiano Reggiano, y seguimos muy orgulloso de eso”, señaló. “Desde entonces, el concurso del Reino Unido ya no permite que versiones italianas y no-italianas del queso parmesano compitan frente a frente, que para nosotros simplemente no tiene sentido”.
“El trabajo del Consorcio es muy importante”, continuó, “porque no hay otro esfuerzo global, organizado para confrontar los intentos de la UE en apropiarse de los nombres que realmente pertenecen a todos. Lo que suceda con estos nombres en los próximos años – las decisiones adoptadas en los acuerdos y reglamentos de comercio alrededor del mundo – tendrán un impacto real en la capacidad de las empresas de alimentos de calidad en competir equitativamente y exitosamente donde sea que el negocio esté localizado”.
El queso Sartori ha sido galardonado con numerosos premios, medallas y cintas no sólo por su queso parmesano, sino también por otros quesos de “nombres comunes” tal como el asiago y fontina.
“Nuestro proceso de elaboración hoy en día es muy personal en la actualidad. Utilizamos las mismas técnicas que hemos utilizado desde el primer día”, dijo Sartori. “Creo que esto es una manera en que nos diferenciamos de los demás. Nos tomamos el tiempo necesario para perfeccionar nuestro queso, ya sea curando el queso a la edad adecuada o tratando cada rueda a mano; sabemos que el amor y el cuidado que ponemos en hacer nuestro queso resuena con quienes lo comparten alrededor de la mesa”.
Errico Auricchio, BelGioioso Cheese
La familia de Errico Auricchio ha venido fabricando quesos al estilo italiano desde 1877. Hace tres décadas, Errico trasladó a su familia de Italia a los Estados Unidos para poner su propia empresa quesera en Green Bay, Wisconsin y fabricar asiago, grana, fontina, mozzarella, gorgonzola, paremasno, provolone y romano.
“Desde el inicio, sólo tuve una meta, producir grandes quesos italianos, y tuve éxito. La línea completa se fabrica en base a auténticas recetas italianas. No escatimamos nada cuando los producimos. Es por ello que cada queso BelGioioso tiene su propia personalidad”, señala Auricchio.
Como presidente del Consorcio de Nombres Comunes de los Alimentos manifiesta que es “difícil creer que necesitamos defender el derecho de utilizar los nombres comunes como parmesano. Tenemos que plantear el tema para que la gente adquiera conciencia del mismo”.
“No se trata solamente de una cuestión de dinero, sino de justicia y oportunidad. Son nombres que forman parte del dominio público. La ruta lógica sería rotular los alimentos para que los consumidores puedan elegir lo que quieren, trátese de un producto que proviene de los valles de Francia, Italia o de Wisconsin. Lo importante es que puedan elegir”, señaló.
A su vez, indica que muchos quesos como los que él produce tienen hoy en día un valor superior para todos los fabricantes de quesos, pues han sido hechos por productores de todo el mundo y exhibidos a millones de personas.
“Eso es mejor para todos. Un nombre protegido sin exhibición restringirá severamente las ventas de dicho producto”, remarcó.
“Todos los productores de quesos deberían unirse al Consorcio, sea que en la actualidad producen estos tipos de quesos o no, de modo que siempre estén en libertad de producirlos en el futuro y toda asociación de consumidores debería unirse, pues en todo momento los consumidores tendrían el derecho de elegir”, afirmó.
A través de los años, los quesos BelGioioso se han hecho acreedores a numerosos y prestigiosos galardones y han establecido un estándar de excelencia en la industria.
La empresa cuenta con cinco plantas productoras de última generación que están situadas en Wisconsin. Cada planta se especializa en un queso específico que producen a diario en dicho lugar los mismos productores de quesos. BelGioioso también exporta a diversos países del mundo.
José L. Vargas Leitón, Corporación Monteverde CR, S.A.
La Corporación Monteverde se fundó hace 60 años en una zona aislada de Costa Rica. La empresa ha desempeñado un rol esencial en el desarrollo y en la economía de la comunidad.
Monteverde emplea a más de 400 trabajadores en la producción y comercialización de sus productos lácteos. Además, la subsistencia de 450 miembros, trabajadores agrícolas y sus familias depende de la empresa.
Se especializa en la producción de quesos maduros como gouda, edam, provolone, emmenthal y parmesano, entre otros más.
“Hemos venido fabricando estos productos durante décadas”, manifiesta José L. Vargas Leitón, Gerente General.
“La Comunidad Europea ha estado tratando de recuperar los nombres comunes que los agricultores e inmigrantes locales han venido utilizando durante décadas en Costa Rica y América Central”, añadió. “Al respecto, el Consorcio juega un rol esencial y nos sentimos orgullosos de formar parte del mismo. Es esencial proteger los derechos de los productores y procesadores con el fin de mantener la facultad de utilizar nombres genéricos, tales como parmesano. En caso contrario, la economía de miles de pequeños y medianos productores de América central se verá afectada.